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Las patitas de mis perros huelen.
Dice la definición de pecueca, que es un olor fétido que despiden los pies por falta de higiene. No es este el caso. Uso mal la palabra, porque las patitas de mis perros no huelen mal, es simplemente olorcito a patas.
Huelen a tierrita y a leche. Ellos ya son grandes, enormes, porque son de razas gigantes y ya son adultos, pero sus patitas siguen oliendo a cachorro. Aunque no laven sus patas a diario, ese olor es delicioso porque evoca cosas tibias. A veces me huelen a arepita que se asa en la parrilla, a veces a pasabocas de maíz, pero siempre es delicioso.
Sus orejitas huelen también.
Las limpio cada tanto con un pañito húmedo porque son de orejas
largas, caídas y peludas, que pueden acumular humedad y grasa. Pero siempre huelen rico. Ese olor no se parece a nada. No me evoca nada. Es simplemente, olor de orejita de perro.
Las patitas y orejitas de mis perros huelen. A eso llamo yo pecuequitas y me encanta.