Ojos de gata, patas de cabra. O las cosas que se me pasan a mi por la cabeza y quiero narrar
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VIDA
Tenia en absoluto abandono el blog. Todo por culpa del trabajo que a ratos me atropella.
Pero ahora ha venido a revivir mi blog un acontecimiento importantísimo.
¡Soy abuela!
Si. Rescaté una gatita que estaba en malas condiciones en una empresa... y cuando la llevé a revisión veterinaria me dieron la sorpresa.
La veterinaria nos lo dijo sutilmente de este modo: A la gatita hay que bañarla porque está muy sucia... pero como es callejerita habría que tranquilizarla. El problema es que si le ponemos tranquilizantes se le mueren los gatitos.
Plop.
Ya nacieron los peludos. Son ... son... no hay palabras. Mas que hermosos, mas que provocativos.
¡Están vivos!. Suena raro que lo diga..¡pero es que es raro! Ver esas bolitas peludas, indefensas, diminutas.
No alcanzo a contar sus pulsaciones por minuto. Todos deberíamos ser testigos de este milagro para aprender a cuidar la vida.
Van creciendo rápido, ya abrieron los ojitos. No puedo creer que van a ser gatos grandes y fuertes como su mamá.
Se aferran a uno con esas garritas, se aferran a la vida. Felinos diminutos que ya se oyen ronronear aunque todavía no muestran nada de la elegancia y la gracia gatuna porque son deliciosamente torpes.
Bienvenida vida, bienvenidos gatitos. Ya me encargaré de buscarles buenos hogares, por el momento, agradezco ser testigo del milagro, celebro a cada minuto este privilegio.